Deportes.- Habrá séptimo partido. Los Indiana Pacers vencieron 108-91 a los Oklahoma City Thunder este jueves y empataron 3-3 la serie final de la NBA, obligando a una definición decisiva que se disputará el domingo en el Paycom Center.
Será la primera vez desde 2016 que las Finales de la NBA se definan en un Juego 7, cuando los Cleveland Cavaliers de LeBron James remontaron un 3-1 para coronarse ante Golden State Warriors.
Indiana se impuso con autoridad, dominó desde el segundo cuarto y llegó a tener ventaja de +31 en el último periodo. La defensa fue clave: forzaron 21 pérdidas de balón de Oklahoma y limitaron su efectividad en triples a un bajo 26.7 % (8 de 30).
Pese a estar en duda hasta el último minuto por molestias en el gemelo derecho, Tyrese Haliburton fue titular y tuvo una actuación sólida: 14 puntos, 5 asistencias, 2 robos y liderazgo crucial en momentos clave.
Otros destacados en el ataque de los Pacers fueron Obi Toppin (20 puntos, 6 rebotes), Pascal Siakam (16 puntos, 13 rebotes) y T.J. McConnell, que volvió a ser factor desde la banca con 12 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias y 4 robos.
Los Thunder, en cambio, firmaron su peor imagen de las Finales. Shai Gilgeous-Alexander terminó con 21 puntos, pero cometió 8 pérdidas, mientras que Chet Holmgren estuvo prácticamente ausente con solo 4 tantos y un 2 de 9 en tiros.
Oklahoma cometió 12 pérdidas solo en la primera mitad, frente a 2 de Indiana. Además, los Pacers fueron muy superiores desde el perímetro, con un 9 de 24 en triples, frente al 1 de 11 de los Thunder en los dos primeros cuartos.
El segundo cuarto marcó el quiebre del juego. Indiana arrasó con un parcial de 36-17, culminado por un triple sobre la bocina de Siakam, y se fue al descanso 64-42, con cinco jugadores ya en dobles dígitos.
McConnell fue nuevamente un revulsivo para el equipo de Rick Carlisle, que ahora buscará completar su gesta milagrosa este domingo, en un juego decisivo donde todo puede pasar.
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