Por: Ana Paula Gónzalez
SANTO DOMINGO. – Tras más de una década de obstáculos, frustraciones y trámites estancados en oficinas públicas, Domingo Arias finalmente está acreditado legalmente ante el Estado dominicano. Tras un reportaje de Noticias SIN, hoy sostiene en sus manos lo que por años fue un sueño negado: su cédula de identidad.
Su odisea comenzó en el momento mismo de su nacimiento. Su madre, con apenas 11 años al dar a luz, fue el argumento legal que utilizó la Junta Central Electoral para anular su acta de nacimiento en 2015, calificándola de fraudulenta. Así, quedó atrapado en un limbo jurídico que le impidió estudiar formalmente, trabajar con contrato, abrir una cuenta bancaria e incluso declarar a su propia hija.
El caso de Domingo Arias salió a la luz en un reportaje de Noticias SIN, que expuso su historia; días después, la Junta Central Electoral revisó su expediente y finalmente le emitió su documento de identidad.
Desde entonces, dice que ha sido contactado por otros jóvenes en situaciones similares. Algunos tienen más de 20 años esperando, viviendo al margen de la sociedad, sin papeles y con pocas esperanzas.
Después de tantos años de silencio, su historia se convirtió en eco para muchos. Su cédula no es solo un documento: es la llave que le abre la puerta a una vida digna.
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