Santo Domingo. — Este domingo fue sepultado el cineasta y documentalista René Fortunato, considerado uno de los más grandes cronistas visuales de la República Dominicana. Su obra transformó la historia nacional en una memoria viva, crítica y conmovedora, dejando un legado invaluable para la cultura, la educación y la conciencia colectiva del país.
Durante la ceremonia fúnebre, celebrada en el cementerio Cristo Salvador de San Isidro, amigos, familiares, personalidades del ámbito cultural y ciudadanos le rindieron un emotivo tributo. El presidente del Grupo SIN, Fernando Hasbún, al leer el panegírico, lo definió como “un patriota silencioso, un dominicano imprescindible” y un cineasta brillante, profundamente comprometido con su país.
“Dedicó su vida a una causa superior: rescatar, conservar y dignificar la historia dominicana. Su herramienta fue el cine documental, y con ella construyó una obra valiente y rigurosa”, expresó Hasbún.
Una vida de compromiso y memoria
A lo largo de más de cuatro décadas, René Fortunato desarrolló una filmografía que marcó un antes y un después en el cine histórico dominicano. Obras como La Trinchera del Honor, El Poder del Jefe, La Herencia del Tirano y La Violencia del Poder se convirtieron en referencias obligadas para investigadores, estudiantes e historiadores interesados en la historia contemporánea del país.
Su último trabajo, El laberinto de la injusticia, fue una denuncia poderosa sobre la corrupción judicial, nacida de su propia experiencia con el sistema de justicia, lo que evidencia su permanente compromiso con la verdad y la transparencia.
Un legado humano y familiar
Más allá del cineasta, quienes lo conocieron también recordaron al ser humano cálido, al esposo amoroso y al padre presente. Su cuñada, visiblemente conmovida, destacó el lado más íntimo de Fortunato:
“Yo me quiero quedar con el hombre familiar, un esposo en todos los sentidos, un padre siempre presente. Era un hombre muy recto de conciencia.”
También se compartieron testimonios sobre cómo su palabra y su ejemplo sirvieron de guía para quienes, gracias a él, tomaron decisiones cruciales en sus vidas, como regresar al país y comprometerse con sus raíces.
Un referente eterno
Nacido en 1958, René Fortunato se consolidó como una figura clave para comprender los procesos dictatoriales y democráticos de la República Dominicana. Su cine no solo documentó hechos, sino que los interpretó con profundidad crítica y sensibilidad social, ofreciendo al país una memoria audiovisual de enorme valor.
“Los historiadores no suelen trabajar con el presente, él sí lo hizo. Recuperó con profundidad la historia de la Revolución de Abril, las dictaduras y las luchas democráticas”, se comentó durante el sepelio.
René Fortunato deja un vacío difícil de llenar, pero también una obra luminosa y trascendental que seguirá hablando por él a través del tiempo.
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