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Familia de presunto atacante en tragedia de Naco se solidariza con personas afectadas


REDACCIÓN.- Una tragedia que conmocionó al sector Naco del Distrito Nacional se desarrolló cuando los gritos desesperados en un edificio residencial alertaron a los vecinos de que algo extraordinariamente grave estaba ocurriendo. Los testimonios de los residentes reflejan la confusión y el terror vividos durante los momentos del ataque.

«Yo no sé bien, porque cuando yo sentí los malos gritos y la bulla y cosas, me asomé al balcón y vi el corre y corre de la persona, no sabía nada», relató una vecina que se encontraba en el cuarto piso del edificio, describiendo la escena caótica que se desarrollaba en los niveles inferiores del condominio Naco Dorado IV.

De acuerdo al reporte oficial de la Policía Nacional, el atacante fue identificado como Jean Andrés Pumarol Fernández, de 30 años de edad, quien bajó desde el quinto piso del condominio donde residía y ejecutó un ataque indiscriminado que dejó un saldo fatal y varios heridos.

La víctima mortal del ataque fue Yolanda Handal Abugabil, de 70 años, de origen holandés, quien fue asesinada a puñaladas por el agresor. Además, resultó gravemente herida Teresa Fabián de Heredia, también de 70 años, quien trabajaba con la fallecida, sugiriendo que ambas mujeres se encontraban juntas al momento del ataque.

En un acto que demuestra la naturaleza indiscriminada de la violencia, el atacante también hirió a su propio padre, Guillermo Ramón Pumarol, de 62 años. Esta acción contra un familiar directo añade una dimensión particularmente perturbadora al caso y plantea interrogantes sobre el estado mental del agresor.

El saldo de heridos se extendió a otras tres personas que se encontraban en las inmediaciones: Francisco Texano, de 68 años, Griselda Ozuna, de 48 años, y Victoria Heredia, de 36 años. La variedad en las edades de las víctimas confirma la naturaleza aleatoria del ataque.

Los detalles proporcionados por las autoridades policiales revelan un patrón de comportamiento sistemático y deliberado. «Hasta el momento, el autor de estos hechos portaba dos armas blancas. Él reside en el apartamento 5AC de este mismo residencial y hasta el momento él fue bajando de un piso a otro, tocaba las puertas y apuñalaba a sus víctimas», explicó un vocero policial.

Este modus operandi sugiere una acción premeditada donde el atacante se desplazó metodicamente por el edificio, tocando puertas de manera aparentemente aleatoria y atacando a quienes le abrían. La posesión de dos armas blancas indica una preparación previa para cometer múltiples agresiones.

Las autoridades mantienen cautela respecto a las posibles causas del ataque. «Estamos esperando. No podemos adelantar ningún diagnóstico, nosotros no somos facultados en la materia. Hasta el momento lo estamos tratando como una persona que ha agredido a otra», declaró un representante policial, evitando especulaciones sobre el estado mental del agresor.

El impacto de la tragedia se extiende más allá de las víctimas directas, afectando profundamente a la familia del atacante. Jimmy Pumarol, tío del agresor, ofreció una emotiva declaración desde Miami expresando el dolor familiar: «El dolor que estamos pasando todos por lo que ha sucedido esta tarde, en este día, en Santo Domingo. Yo estoy en Miami y tú no te imaginas cómo he podido estar tratando de manejar esto, de poder ir a Santo Domingo mañana».

La respuesta familiar revela una red de parientes dispersos geográficamente que han sido impactados por los eventos. «Todos los familiares que estamos aquí, que vivimos. Wilito vive en Orlando, estaba abordando un avión en Washington D.C. en lo que está sucediendo esto», explicó Jimmy Pumarol, mostrando cómo la tragedia ha afectado a una familia extendida con miembros en diferentes países.

El tío del atacante solicitó comprensión pública y expresó la limitación de información que maneja la familia: «No tenemos todos los detalles, no sé tan a fondo las cosas que están sucediendo, pero creo que todo eso saldrá a la luz más adelante». Su petición de paciencia refleja el shock y la confusión que experimentan los familiares del agresor.

La magnitud del incidente atrajo la atención de altas autoridades. Al lugar del hecho acudieron la alcaldesa del Distrito Nacional Carolina Mejía y la primera dama Raquel Peña, demostrando la importancia que el gobierno otorga al caso. La presencia de distintos comunicadores también evidencia el impacto mediático del suceso.

Las investigaciones continúan bajo la dirección de las autoridades competentes. El vocero policial confirmó que no pueden precisar si el atacante padece algún trastorno mental, manteniendo que las investigaciones prosiguen «para en lo adelante ofrecer otros detalles sobre la tragedia».

Este caso plantea importantes interrogantes sobre seguridad residencial, salud mental y la detección temprana de comportamientos violentos en entornos comunitarios, mientras las autoridades trabajan para esclarecer completamente las circunstancias y motivaciones detrás de este acto de violencia que ha conmocionado a la comunidad del sector Naco.



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