Inglaterra vence a España en los penaltis y revalida título

La selección española perdió ante Inglaterra en una cruel final que se decidió en los penaltis. Las de Montse Tomé comenzaron adelantándose en la primera mitad del encuentro con un gol de cabeza de Mariona Caldentey y siendo muy superiores a su rival durante los primeros 45 minutos.

En la segunda mitad, la selección de Sarina Wiegman comenzó a ganar enteros y confianza en el césped. La lesión de Lauren James pasó de ser un contratiempo a una bendición para las británicas, ya que la jugadora que salió en su lugar, Chloe Kelly, fue clave para el triunfo inglés. La extremo fue la que sirvió un centro con música a Russo para empatar la final en el minuto 57 y, además, fue la encargada de lanzar el penalti que terminó de sentenciar la Eurocopa.

La prórroga llegó con ambos conjuntos exhaustos, pero con una visible mayor incomodidad por parte de Inglaterra, que veía como la selección española volvía a dominar. Las de Montse Tomé tuvieron numerosas ocasiones una vez terminó el tiempo reglamentario, pero no terminaron de aportar la suficiente contundencia a las jugadas como para que el balón terminara al fondo de la red de Hannah Hampton, que hizo una grandísima final.

Conforme el tiempo se iba terminando, era más que notable que las que más se contentaban con la llegada de los penaltis eran las inglesas, ya que veían que sobre el césped no podían igualar el nivel futbolístico de una España que se desfondó y dio hasta el último aliento de todas las jugadoras.

Finalmente, en los 11 metros, La Roja estuvo desacertada. Comenzó fallando Inglaterra, que tuvo que repetir el penalti, debido a que durante el primer intento Bethany Mead tocó dos veces el balón, pero los fallos consecutivos de Salma Paralluelo, Aitana Bonmatí y Mariona Caldentey decidieron la final.

Un trago amargo para una selección que llegó a la final mostrando el mejor fútbol del campeonato, goleando a sus rivales y dando auténticos recitales de fútbol. Sin embargo, el fútbol a veces no es justo y las de Montse Tomé tendrán que esperar, por lo menos, otros cuatro años, para intentar llevarse una competición que todavía se les resiste. No obstante, en dos años habrá mundial, y la selección española sigue siendo la vigente campeona del mundo.