Fernando Tatis convierte lo imposible en costumbre con otra joya defensiva

Deportes.- Fernando Tatis Jr. volvió a convertir lo extraordinario en rutina, al robarse un jonrón la noche del martes en Petco Park, durante la derrota de los Padres 4-2 frente a los Rojos. El niño, como le apodan, saltó sobre la barda del jardín derecho para arrebatarle un cuadrangular a Tyler Stephenson en el cuarto inning, confirmando que sus atrapadas espectaculares ya son una constante.

Fue la cuarta vez en los últimos 27 juegos en casa que el astro de los Padres roba un jonrón, una racha que lo mantiene como referencia defensiva en las Grandes Ligas. La jugada exigió un retroceso veloz hacia la barda, un impulso contra el muro y un estirón preciso del brazo izquierdo, casi convirtiendo además una doble matanza sobre Gavin Lux en primera base.

Incluso para los altos estándares de Tatis, la acción resultó deslumbrante. El propio mánager de San Diego, Mike Shildt, destacó que este tipo de atrapadas son «una forma de arte», resaltando la mezcla entre tiempo y puro atletismo que define al quisqueyano.

Desde su transición a tiempo completo al jardín derecho en 2023, el dominicano ha sido uno de los mejores defensores de MLB. Ese año ganó el Guante de Platino como el mejor jugador defensivo de la Liga Nacional, y este 2024 parece encaminado a al menos un Guante de Oro.

La cadena de robos comenzó el 8 de julio frente a Josh Naylor de los Diamondbacks, siguió el 28 del mismo mes ante Mark Vientos de los Mets, continuó el 20 de agosto con Rafael Devers de los Gigantes, y ahora sumó una nueva víctima en Stephenson.

El contexto de Petco Park le da aún más mérito, pues el muro del jardín derecho no es bajo ni favorece este tipo de jugadas. Curiosamente, antes de la atrapada de Tatis, Will Benson había frustrado un extrabase del cubano José Iglesias con una jugada contra la barda, aunque terminó golpeado en la acción.

Más allá del marcador, el espectáculo volvió a llevar el sello de Fernando Tatis Jr., quien demuestra que su instinto defensivo lo coloca en un nivel distinto, donde lo asombroso parece cotidiano.