Agencias.- Rafael Devers ya no es parte de los Medias Rojas. El estelar antesalista dominicano fue traspasado a los Gigantes de San Francisco, en un movimiento tan sorpresivo como impactante, que redefine la narrativa de ambas franquicias de cara al futuro inmediato.
San Francisco finalmente consigue su estrella, luego de fallidos intentos por fichar a figuras como Aaron Judge, Shohei Ohtani o Carlos Correa. Devers llega en el mejor momento de su carrera, con un OPS+ de 149, líder en bases por bolas en la Liga Americana (56), un OBP de .401 y un bate que ha cargado a una ofensiva joven y golpeada por ausencias clave.
Con Matt Chapman afianzado en la tercera base de los Gigantes, Devers asumirá el rol de bateador designado, una posición inusual para una estrella de su calibre y edad, y que proyecta dudas sobre su valor a largo plazo. A sus 28 años, le restan nueve temporadas de contrato, con un salario promedio superior a los 30 millones de dólares.
Para los Medias Rojas, el cambio despierta comparaciones inevitables con la salida de Mookie Betts en 2020. Aunque las situaciones no son idénticas, volver a traspasar a una estrella en plenitud levanta cuestionamientos sobre el rumbo de la gerencia y el mensaje que envían a sus jóvenes promesas.
El traspaso también aumenta la presión sobre el mánager Alex Cora, cuya capacidad para manejar el clubhouse y mantener la cohesión interna queda en la mira. La salida de Devers podría ser interpretada como el resultado de tensiones internas, y ahora Cora deberá encontrar nuevas piezas para sostener el proyecto deportivo.
Este movimiento, a mitad de junio, se perfila como el traspaso más grande previo a la fecha límite de cambios del 31 de julio. Aunque nombres como Sandy Alcántara siguen en rumores, pocos cambios podrían igualar la magnitud y el riesgo del traspaso de Devers.
De ahora en adelante, el éxito de esta operación será juzgado por los años. ¿Será Devers la pieza que impulse a los Gigantes al protagonismo? ¿O terminará este acuerdo como otro caso de talento desperdiciado por decisiones apresuradas? Solo el tiempo tendrá la última palabra.
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