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“No corresponde trasladar la carga al artista”; Polémica por obra premiada en la 31 Bienal de Artes Visuales


EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – La premiación de la obra Lo que se saca de raíz, vuelve a crecer, del artista David Pérez-Karmadavis en la 31 Bienal Nacional de Artes Visuales, ha generado un amplio debate sobre la coherencia institucional y los criterios museográficos del concurso.

Sin embargo, el especialista Juan José Mesa, en sus redes sociales sostuvo que “no corresponde trasladar la carga al artista, quien presentó su propuesta con transparencia y creatividad. La responsabilidad recae, de manera institucional, en quienes admitieron y avalaron la pieza a contravención del reglamento”.

Mesa subrayó que el respeto a las bases establecidas “es garantía de transparencia y credibilidad institucional” y que los párrafos que excluyen materiales perecederos o que puedan comprometer la infraestructura museográfica “no son un detalle menor, sino una norma de preservación tanto del espacio como del patrimonio artístico”.

El especialista agregó que la inclusión de la palma natural, aunque de gran valor simbólico y poético, abre un debate que debe asumirse con serenidad: “Más allá del resultado puntual, lo que se impone es reflexionar sobre los protocolos de admisión y evaluación, a fin de garantizar que el entusiasmo por la innovación no nos haga perder de vista la coherencia normativa. El país, el museo y la comunidad artística merecen instituciones sólidas y confiables, donde las reglas sean claras, parejas y aplicadas con la misma rigurosidad a todos los participantes”.

El jurado del concurso, integrado por Yina Jiménez Suriel, Orlando Isaac y la historiadora de arte Allison Thomson, otorgó uno de los nueve premios igualitarios a la obra de Pérez-Karmadavis, compuesta por una palma real viva plantada en un macetero.

Según el veredicto, la pieza interpelaba procesos de memoria histórica y reivindicaba la fuerza simbólica de la palma durante la dictadura de Trujillo. Sin embargo, críticos señalan que la obra no se ajusta a la definición de escultura ni a las bases que excluyen materiales perecederos.

Asimismo, enfatizó la importancia de preservar “el legado doble: el de nuestras infraestructuras museográficas y el de la confianza pública en las instituciones culturales. Esa es la mayor obra que podemos preservar en nombre de la cultura dominicana”. En su opinión, la controversia no recae sobre el artista, sino en la institución que permitió la admisión y premiación de una obra que contraviene las normas del certamen.

 




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