Por: Olga Montás
Santo Domingo. — República Dominicana se encuentra a miles de kilómetros de distancia del Medio Oriente, sin embargo, con una guerra entre Irán e Israel, el país sufriría una alza de combustible, aumento en los precios de la comida y la luz, menos turistas, posibles problemas con las remesas y el comercio entre otras dificultades.
El conflicto entre Irán e Israel se viene arrastrando desde hace décadas, pero recientemente , cuando Israel lanzó un ataque sorpresa contra infraestructura militar y nuclear iraní, se han desatado especulaciones de guerra. Este ataque destruyó varias bases aéreas y dañó instalaciones nucleares clave. En respuesta, Irán lanzó misiles balísticos contra ciudades israelíes y amenazó con atacar bases militares de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Una potencial guerra a gran escala en esta región estratégica podría generar un efecto dominó que resonaría con fuerza en la economía y la vida cotidiana de los dominicanos, principalmente a través del petróleo y el turismo.
El Impacto Económico: Un Efecto Dominó Inevitable
Irán es un jugador importante en el mercado global de petróleo. Una guerra en la región del Golfo Pérsico, especialmente si se ve afectado el Estrecho de Ormuz, provocaría un disparo en los precios del petróleo a nivel mundial.
La República Dominicana importa el 100 % del petróleo que consume, por lo que cualquier alteración en los precios internacionales afecta de forma inmediata la economía local.
Un conflicto entre Irán e Israel podría generar: Aumento de precios del combustible como gasolina, gasoil y GLP, mayor costo de la electricidad debido a la dependencia de generación térmica. Encarecería el transporte público y provocaría un alza general en productos básicos.
Además, el aumento de los precios del combustible impactaría directamente el costo de los boletos aéreos, haciendo que los viajes internacionales sean menos accesibles y atractivos.
Henri Hebrard, economista, advierte que “una subida de más de 10 dólares en el barril de petróleo podría desestabilizar el presupuesto nacional y forzar nuevos subsidios”.
Una factura petrolera más abultada aumentaría la demanda de dólares para las importaciones, generando una depreciación del peso dominicano frente a la divisa estadounidense. Esto, a su vez, encarecería aún más las importaciones.
Más allá del petróleo, un conflicto global generaría inestabilidad en las cadenas de suministro marítimas. Podría haber disrupciones en el transporte marítimo y aéreo, lo que afectaría la importación de productos en República Dominicana. Desde alimentos hasta tecnología, la disponibilidad de ciertos bienes podría verse afectada, aumentando los costos para los consumidores.
Impacto sobre el turismo y el comercio
Aunque el turismo dominicano no depende de visitantes del Medio Oriente, un conflicto global reduciría el flujo turístico, ya que provocaría costos operativos más altos para hoteles, aerolíneas y agencias de viaje, además de retrasos en importaciones. Siendo que el transporte marítimo se ve afectado por el conflicto en el estrecho de Ormuz, una de las rutas energéticas más importantes del mundo.
Asi mismo, República Dominicana pende en gran medida del turismo y las remesas enviadas por su diáspora en Estados Unidos. Si la guerra afecta la economía estadounidense o genera una crisis financiera, los ingresos por turismo y remesas podrían reducirse, impactando el crecimiento económico del país.
También se vería un aumento del desempleo indirecto, causado por la baja en inversión y turismo, que pone en peligro la estabilidad social y económica de la vida de cada domininicano.
El turismo es el motor económico de la República Dominicana, y representa una parte significativa del Producto Interno Bruto (PIB), así que este sector es inherentemente sensible a la percepción de seguridad y a la economía global.
¿Qué dicen los profesionales?
Economistas dominicanos como Eduardo Klinger, Antonio Ciriaco Cruz, y Haivanjoe Cortiñas han expresado consistentemente su preocupación por la vulnerabilidad de la economía dominicana a los choques externos, especialmente los relacionados con el petróleo.
Subrayan la necesidad de fortalecer la resiliencia económica y diversificar la matriz energética del país para enfrentar escenarios adversos como el que podría generar una guerra en el Medio Oriente.
¿Qué puede hacer el país ante esta amenza?
En la parte política fiscal y monetaria, sería beneficioso implementar medidas para contener la inflación, como la revisión de tasas de interés por parte del Banco Central. Evaluar la implementación de subsidios focalizados para bienes esenciales o combustibles.
Fortalecer la producción local, como incentivar la producción nacional de alimentos y bienes de consumo para reducir la dependencia de las importaciones y asegurar la estabilidad de los precios internos. Y mantener una postura activa en foros internacionales, abogando por la paz y la estabilidad global.
Lo que parece un conflicto lejano, como una guerra entre Irán e Israel sería un evento global, con efectos directos e indirectos sobre la vida cotidiana de los dominicanos. El país debe estar preparado no solo para reaccionar, sino para anticiparse.
En un mundo interconectado, la prevención es tan importante como la reacción.
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