Por: Carolina Cepeda
SANTO DOMINGO.- La vida de dos jóvenes se entrelazó de manera inesperada, y ahora han transformado su lucha diaria por la supervivencia en una historia de amor y esperanza.
José Manuel Frías Vargas, de 30 años, llegó hace casi cuatro meses desde Los Rincones de Nagua y se instaló en el Parque Enriquillo, donde vivir en las calles se convirtió en su nueva realidad.
Sin imaginar, su vida dio un giro inesperado cuando conoció a Pamela Pereira, de 34 años, quien también enfrentaba sus propias batallas.
Aunque ambos han conocido de cerca las adversidades de la vida, usan el amor como sus motores de cambio y fortaleza para enfrentar los golpes de la pobreza.
José Manuel no cuenta con cédula de identidad, limitante que lo obliga a limpiar zapatos, mientras que Pamela, quien tiene un hijo de 12 años, enfrenta problemas de salud.
Mientras reciben comida de personas solidarias, su determinación se fortalece con cada pequeño logro en su lucha por superar el pasado y construir un futuro mejor.
Además, uno de los mayores anhelos de Pamela es encontrar a su padre, a quien no ve desde los ocho años.
Para ayudar a esta joven familia golpeada por las embestidas de la pobreza, pero que lucha día y noche para continuar en una batalla sin tregua por la supervivencia y el anhelo de un mejor porvenir, puede comunicarse al número 809-862-8690 para contribuir con una historia que demuestra que el amor puede ser un faro que ilumina en los momentos de oscuridad.
Estos jóvenes dicen que el amor los salvó, por eso aseguran que trabajarán unidos en la adversidad para que sus corazones no dejen de latir.
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